La práctica de ejercicio físico no solo tiene beneficios sobre un sinfín de enfermedades como las cardiovasculares, la obesidad y la diabetes, sino que también previene la enfermedad de Alzheimer.

Un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de California, en Los Ángeles, Estados Unidos, publicado en la revista Journal of Alzheimer’s Disease, arrojó que dar paseos, caminar, bailar o practicar jardinería puede reducir hasta 50% riesgo de desarrollar Alzhéimer.

Cyrus A. Raji director de la investigación, explicó que este es el primer estudio en el que se ha podido observar una correlación entre el beneficio de distintos tipos de actividad física y la reducción del riesgo de Alzhéimer por medio del aumento del volumen cerebral en una muestra tan grande de participantes. 

Los autores de la investigación analizaron los datos de 876 adultos a los que les hicieron pruebas de resonancia magnética por imagen a fin de evaluar el volumen de sus cerebros, muy en especial del hipocampo y de otras áreas implicadas en la memoria y la enfermedad de Alzheimer.

A partir de todos esos datos, correlacionaron el volumen cerebral de cada participante con su grado de actividad física y más concretamente con el gasto calórico atribuible a cada uno de los ejercicios físicos realizados. 

¿Los resultados? el incremento de actividad física se asociaba con un mayor volumen de los lóbulos frontal, temporal –incluido el hipocampo– y parietal del cerebro; también, aquellos participantes con un mayor volumen cerebral como consecuencia de una mayor actividad física tenían un riesgo hasta un 50% menor de Alzhéimer y otras demencias.

Y algo bien significativo: cerca del 25% de los participantes del estudio que habían desarrollado deterioro cognitivo leve, el incremento de la actividad física también se asoció con un aumento del volumen de sus cerebros.

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