POR Liliana Arteaga
“Se me hacen fabulosos los salones, porque es en donde realmente está el ambiente y la buena música”, recordó don Leonel, uno de los bailadores.
México • Historia, baile y tradición son solo algunas de las cosas que encierra el Salón Los Ángeles; si sus paredes hablaran, pudieran contar mil y un historias de cómo los jóvenes de los años cuarenta solían darle vida a este lugar a ritmo de danzón, chachachá, swing y mambo.
Quizás también nos contarían cómo es que pasó de ser una maderería en ruinas y convertida en una bodega para guardar camiones y costales de carbón, a un afamado salón de baile de barrio popular, la colonia Guerrero, al cual los asistentes debían acudir de rigurosa etiqueta y elegancia para disfrutar de la buena música, sacar los mejores pasos de baile y así desplegar el arte dancístico.
También nos podrían platicar cómo eran aquellos pachucos, quienes portaban sus vistosos vestuarios de traje con pantalón muy holgado pero ceñido en la cintura y en los tobillos, el que además se detenía con tirantes y se adornaba con largas cadenas a un costado, acompañado de un saco largo de tres cuartos con solapas y hombros amplios, acolchados. Todo ello combinado con un sombrero tipo italiano o panameño, el cual debía estar adornado con una pluma, utilizando calzado estilo francés bicolor, generalmente blanco y negro.
Nos podrían contar también de la infinidad de personalidades reconocidas del ámbito cultural, político y artístico que solían sacar aquí sus mejores pasos de baile, entre las que se encontraban Mario Moreno, “Cantinflas”; Adalberto Martínez, “Resortes”, y Germán Valdez. “Tin Tan”, quienes con sus singulares pasos impusieron una moda con su peculiar forma de bailar.
En su amplia pista de baile estuvieron presentes el muralista Diego Rivera y su queridísima Frida Kahlo, el comandante Ernesto “Che” Guevara, los hermanos Fidel y Raúl Castro, escritores como Gabriel García Márquez, José Saramago, Carlos Monsiváis y Carlos Fuentes, entre muchos otros.
Sin duda alguna, el Salón Los Ángeles, desde su inauguración el dos de agosto de 1937, se ha logrado convertir no solo en un importante lugar de esparcimiento, sino también histórico por los hechos que allí han ocurrido. El aporte cultural que en sus 76 años de existencia ha dejado a nuestra sociedad han marcado una época emblemática de la música y del baile.
Este inmueble se convirtió en un foro multicultural desde su apertura, ya que este salón de baile ha servido como set de filmación, en el cual se han rodado películas como “Una gallega bailando mambo”, protagonizada por Joaquín Pardavé y Silvia Pinal; “Bailar para vivir”, “Danzón” —película estelarizada por María Rojo—, “Modelo antiguo”, son solo algunas de las más importantes.
En entrevista con MILENIO, Miguel Nieto, actual dueño del Salón Los Ángeles, compartió un poco de la historia musical que ha transcurrido por la pista de baile del afamado recinto: “Pérez Prado fue uno de los primeros en presentarse en este lugar; fue el primero en el que se presentó la Sonora Santanera, y prácticamente todas las orquestas famosas de los años cuarenta y hasta la fecha han pasado por el Salón Los Ángeles”.
La famosa frase “Quien no conoce Los Ángeles, no conoce México” es la misma que caracteriza la imagen del salón; por muchos años se ha reconocido al lugar al mencionar esta frase ideada por uno de los hermanos Nieto, fundadores del mismo.
“Actualmente el Salón Los Ángeles continua con sus puertas abiertas y ofrece un sin fin de presentaciones artísticas, entre ellas presentaciones de teatro, clases de baile de salón, presentaciones de orquestas famosas y artistas exponentes de la salsa, cumbia, merengue, entre otros géneros rumberos”, expresó Miguel Nieto.
Una noche de aniversario
Una historia de amor, una herencia de familia y el gusto de recordar los buenos tiempos son solo algunas de las historias que encierra este afamado salón, cuyos visitantes disfrutaron de la noche del 76 aniversario el pasado viernes, “porque lo bailado quién te lo quita”. Los bailadores rumbearon al máximo con la música en vivo de orquestas reconocidas internacionalmente, y que de igual manera rememoraron algunas de sus vivencias en este lugar.
Aquí se dieron cita bailarines de todas las edades que pusieron el sabor en la pista de baile. Durante las primeras interpretaciones, sobre la pista de baile resaltaba un pachuco por su forma de bailar y por su vestuario clásico en color rosa, combinado con color blanco y negro.
José de Jesús González baila desde hace 18 años en el Salón Los Ángeles; comenzó a bailar a los nueve años de edad, y en esta noche de aniversario se dedicó a sacarle brillo a la pista. Comentó: “Yo vengo a bailar porque es como una familia. Mi papá formó parte de la primera generación de los pachucos en 1940; el aún vive y continua bailando; el ser pachuco para mí es como mi herencia de familia”. Actualmente es profesor de bailes de salón.
De igual manera, José de Jesús mencionó que lo que él trata de hacer al presentarse vestido como pachuco e impartir clases de baile de salón es mantener una tradición: “Intento no dejar morir esta tradición del Salón Los Ángeles; el baile y el estilo pachuco forman parte de sus ingredientes”.
Entre otros bailarines asistentes destacados estaban Marry y José Luis, de 74 y 75 años respectivamente: ambos lucían su vestimenta roja en combinación con amarillo. Ellos tienen un recuerdo que los ha unido desde hace 24 años: el amor. Merry comentó que “el Salón Los Ángeles es, sin duda, nuestra cuna de amor; aquí nos conocimos hace 24 años precisamente en un aniversario, y desde entonces ya no nos dejamos”.
“Realmente aquí es en donde bailamos, nos desestresamos y nos olvidamos de todo, menos del baile. Este es un vicio para nosotros desde que nos conocimos”, agregó don José Luis. Agregó sobre su vestuario: “Nosotros utilizamos el vestuario como el afamado Tin Tan, pero no con los colores serios como él, sino con colores más vistosos, vivos, y los combinamos. Mi atuendo de pachuco del día de hoy es especial para este evento”.
“Este salón es especial: nos trae muy buenos recuerdos, además de que nos gusta venir aquí por la gran historia que tiene. Nos sentimos a gusto aquí”, expresó Marry.
Una pareja más que destacaba en la noche de aniversario, conformada por María Elena Lira Lara, de origen veracruzano, y Leonel Salazar, quien ha retomado el baile en los últimos ocho años, destacaba por su vestuario en color morado. “Leonel es muy cuidadoso con su vestuario: cuida los colores, los accesorios, las camisas, los zapatos… Le gusta verse bien a la hora de bailar”, mencionó ella.
Don Leonel, por su parte, recordó los viejos tiempo en que los pachucos estuvieron a punto de perderse en el tiempo: “Hubo una época en la que los pachucos desaparecieron, pero volvieron a resurgir y han ido creciendo. Verlos bailando de nuevo es algo bonito”.
Esta pareja fue invitada por el dueño del Salón Los Ángeles, Miguel Nieto, para participar como una de las parejas oficiales del mismo recinto: “Siempre que hay eventos especiales nos invitan como pareja distinguida para representar al salón. El baile no perdona y hay que estar actualizados”, mencionan.
Al recordar viejos tiempos en los que los salones de baile eran el modo de diversión de la sociedad contemporánea, don Leonel nos comparte un poco de su gusto por la existencia de estos centros de baile: “Se me hacen fabulosos los salones, porque es en donde realmente está el ambiente y la buena música”.
Fuente: www.milenio.com